El Gobierno español avanza con un proyecto que pretende reducir la semana laboral en el país de 40 a 37,5 horas. Esta propuesta fue discutida y consensuada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su equipo el pasado martes 4 de febrero de 2025. La iniciativa llega en un contexto de creciente debate sobre la calidad de vida en el trabajo y la necesidad de modernizar las prácticas laborales en España.
El texto adoptado por el Consejo de Ministros es fruto del acuerdo firmado el pasado 20 de diciembre con los dos principales sindicatos obreros del país: la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT). Esta colaboración entre el Gobierno y los sindicatos refleja un esfuerzo conjunto para mejorar las condiciones de trabajo y promover un entorno más saludable para los trabajadores.
Si el Parlamento aprueba la propuesta, el nuevo horario laboral entrará en vigor a principios del próximo año, beneficiando a alrededor de 12 millones de trabajadores del sector privado, según estimaciones de los sindicatos. Actualmente, sectores como el servicio público y la educación ya operan dentro de este límite, pero la nueva regulación extendería este beneficio a toda la economía, promoviendo una mayor equidad entre los trabajadores.
Yolanda Díaz, viceprimera ministra y ministra de Trabajo, destacó que la medida no se limita a un tema laboral o económico, sino que representa un proyecto de país. Según ella, este cambio es una oportunidad para modernizar España y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La propuesta pretende no sólo reducir las horas de trabajo, sino también aumentar la productividad y el bienestar de los trabajadores.
Sin embargo, la propuesta enfrentó una resistencia significativa por parte del sector empresarial. CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) y Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) criticaron la iniciativa y abandonaron las negociaciones en noviembre, tras 11 meses de reuniones sin resultados concretos. Esta oposición refleja las preocupaciones sobre el impacto de la reducción de las horas de trabajo en las pequeñas y medianas empresas.
En un comunicado, Cepyme advirtió que la reducción de la jornada laboral, junto con el aumento del salario mínimo, podría tener efectos negativos en la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas. La confederación sostiene que estos cambios podrían reducir la capacidad de inversión y añadir una rigidez no deseada a la planificación corporativa, creando un entorno desafiante para los negocios.
El principal reto ahora del Gobierno de Pedro Sánchez, que no cuenta con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, es convencer a los aliados parlamentarios para que voten a favor de la reforma. Dos partidos ya han expresado dudas sobre el proyecto de reducción de jornada laboral: el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el partido separatista catalán Junts per Catalunya (Junts). Estos partidos, aliados del gobierno, tienen estrechos vínculos con círculos empresariales, lo que podría complicar la aprobación de la propuesta.
Si la propuesta es aprobada por el Congreso, España se sumará a otros países europeos que ya adoptan jornadas laborales reducidas, como Alemania y Francia. Este cambio podría marcar una nueva era para el trabajo en España, promoviendo un equilibrio más saludable entre vida laboral y personal y reflejando una tendencia creciente hacia mejores condiciones laborales en todo el continente.