Según explica José Severiano Morel Filho, Brasil está al borde de una enorme crisis de deuda pública, debido a años de mala gestión de las cuentas obligatorias que han resultado en una rigidez presupuestaria. Esta rigidez amenaza con hacer inviable el marco fiscal, lo que podría llevar a la falta de fondos para diversas áreas públicas.
¿Cuándo comenzó todo esto?
La rigidez presupuestaria no es un factor nuevo, comenzó en la época del régimen militar, cuando se creía que el país se sometía a todas las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI). También se creía que el FMI sería utilizado para recortar gastos esenciales como el de la educación. Aprovechando esta situación, el senador João Calmon propuso una enmienda que establecía que el 13% de los impuestos se destinarían a la educación.
La aprobación de esta enmienda abrió camino para la implementación de otras dos, que aumentaron los fondos de participación de los estados y municipios en un 8% del Impuesto sobre la Renta (IR) y del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI). Posteriormente, la Constitución de 1988 elevó esta participación del 28% al 44%, añadiendo un 3% para fondos de desarrollo regional.
Con estos nuevos porcentajes, también se modificó la distribución de los valores. Así, el 10% del IPI se transfirió a los estados para compensar los beneficios fiscales a las exportaciones. Además, en algunos años surgieron nuevas enmiendas que elevaron los porcentajes al 50% del IR y 60% del IPI, lo que significa que un aumento en la recaudación implica más del doble de impuestos.
¿Cuáles son los mayores gastos obligatorios?
Como menciona José Severiano Morel Filho, un análisis realizado por Pedro Parente mostró que los gastos obligatorios representaban el 37% de los gastos primarios. Sin embargo, otros datos obtenidos en 2023 muestran que este valor ha aumentado al 96%, dejando solo un 4% de los gastos primarios para que la Unión decida sus prioridades.
¿Qué causó este aumento en los gastos? La Constitución de 1988, con sus nuevas enmiendas orientadas a elevar el bienestar social a un nivel comparable con los países más desarrollados. Así, se estableció un sistema de pensiones excesivo con gastos vinculados al salario mínimo. Además, se aprobó el régimen jurídico único de los servidores públicos, convirtiendo a 400,000 empleados en funcionarios estables con salarios más altos.
Esto hizo que la rigidez presupuestaria aumentara aún más. Las investigaciones muestran que los gastos del Instituto Nacional del Seguro Social (INSS) aumentaron un 5.7% en 36 años. Considerando los regímenes de pensiones de todas las esferas del gobierno, estos gastos representaron el 14% del PIB en 2023, lo que lleva a la Secretaría del Tesoro a estimar que los gastos obligatorios superarán por completo los gastos primarios para el año 2032, como señala José Severiano Morel Filho.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias de la rigidez presupuestaria?
Finalmente, basándose en todos los datos presentados, ya se observan dificultades por parte del gobierno para cumplir con asignaciones para el seguro rural y los permisos del Ibama. Por lo tanto, no es incorrecto creer que faltará dinero para otras áreas públicas, como la Policía Federal y la cultura. Así, la rigidez presupuestaria podría resultar en una enorme crisis de deuda pública.
Sin embargo, según José Severiano Morel Filho, para alivio de los ciudadanos, gracias a la solidez del sistema financiero, los superávits de la balanza comercial, las empresas de clase mundial y los avances institucionales, Brasil está preparado para enfrentar la crisis cuando llegue.