La pareja de regatistas españoles demostraron una gran determinación y valentía para lograr la medalla en los Juegos Olímpicos de París. España suma su cuarta presea en Francia
Diego Botín y Florian Trittel ya son historia del deporte español. La pareja de regatistas españoles en la clase 49er consiguieron el primer oro de la delegación nacional en los Juegos Olímpicos de París. El tándem de vela llegaba a la medal race, una jornada que puntuaba doble, en una posición privilegiada, con lo que tenían la medalla en su zurrón salvo hecatombe deportiva. Ambos brillaron de nuevo para confirmar su superioridad respecto al resto de rivales en Marsella y supieron capear la presión. Con cinco puntos sobre Irlanda, ocho sobre Nueva Zelanda y 12 sobre Estados Unidos, un sexto puesto ya catapultaba a la pareja española hacia la presea y quedar entre los tres primeros entregaba un oro que se había resistido hasta ahora. La igualdad era máxima, pero la determinación del tándem de vela hizo que salieran decididos desde el principio, sin especular a pesar de tener la medalla a tiro de piedra. “El oro es un objetivo que nos planteamos hace tres años y nos hemos dejado la piel. Esta semana ha sido dura, pero estamos en una posición en la que podemos lograrlo y está en nuestras manos. Queda un día para zanjar este ciclo y nos vamos a dejar todo lo que tenemos”, habían prometido los regatistas españoles en declaraciones distribuidas por la Real Federación Española de Vela. Y vaya si lo hicieron para seguir con mejoría española en los Juegos Olímpicos.
La incertidumbre hasta el final
En un deporte donde la tensión es máxima, hay que tomar decisiones sin parar y un pequeño error se paga muy caro ante una gran cantidad de desafíos en tiempo real, Botín y Trittel enseñaron que la última jornada no les había pasado factura. En el tiempo cambiante de Marsella, donde el viento y las olas han ocasionado tantos problemas e incertidumbre entre las diferentes delegaciones, los españoles surcaron los mares franceses con autoridad.
Precisamente, cántabro y catalán salieron perfectamente en la prueba. Los españoles arrancaron por el lado derecho, donde habían sacado mejores réditos y no tuvieron ningún problema con otras embarcaciones. Cuando mantenían una ventaja respetable con sus perseguidores, la prueba se anuló por falta de viento. Más de dos horas después, la prueba se reanudó.
La embarcación española volvió a salir por el lado derecho, siguiendo la estela de los barcos que teníamos que marcar, el neozelandés y el irlandés. La clave estaba en la gestión mental tras verlo tan cerca anteriormente. A la segunda intentona, otra vez se suspendió cuando los españoles estaban remontando. Quedaba por ver cómo gestionaría la presión un dúo histórico. Al tercer día, en una salida muy justa, con la duda de la infracción, un bote no volvió a la línea, pero era Croacia, no España. Los españoles lideraron la regala con un viento estable, tranquilos, decididos. La pareja nacional alcanzó la primera baliza, seguido de cerca por neozelandeses. En la segunda ceñida, con 11 segundos de ventaja sobre el barco oceánico, España navegó como una pareja perfectamente compenetrada. “Vamos, vamos, vamos”, gritó la delegación española en el tramo final. Los padres no pudieron parar de llorar cuando los españoles cruzaron la línea de meta. “Medalla de España, no nos lo creemos. Esto es increíble, solo queda celebrar. Ha sido brutal”, explicaron en COPE. España suma el primer oro en los Juegos Olímpicos de París y por primera vez en todos los Juegos Olímpicos, el himno de España sonará en Francia.