El plan de la Unión Europea para reformar la gestión de la migración irregular logró superar este miércoles un obstáculo clave: el Parlamento Europeo votó un paquete de medidas que cambiará radicalmente la forma en que el bloque aborda el enorme número de personas que a menudo buscan asilo huyendo de conflictos en sus propios países.
Las amplias reformas pretenden aliviar la carga de los países que históricamente han acogido a más solicitantes de asilo entre los 27 estados miembro de la UE. Los países geográficamente más cercanos a las fronteras meridionales de la UE, como Grecia, Italia y Malta, han recibido un gran número de personas procedentes de Medio Oriente y el Norte de África tras la Primavera Árabe y la guerra civil siria.
Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, dijo: “Hemos creado un marco legislativo sólido sobre cómo abordar la migración y el asilo en la UE. Han sido más de diez años de trabajo, pero cumplimos nuestra palabra”.
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Bajo la ley conocida como Reglamento de Dublín, los estados miembro eran responsables de tramitar en sus fronteras a los solicitantes de asilo que llegaban por primera vez a la UE, con escasa ayuda de Bruselas o de los demás estados miembro. Este reglamento se revisará dentro de la reforma. En teoría, la UE repartirá ahora la carga entre los 27 estados miembro, ya sea mediante la reubicación de personas o mediante ayuda financiera y práctica para tramitar las solicitudes de refugio.
¿Por qué ocurre esto ahora?
Como suele ocurrir con las reformas de la UE, la política es el principal factor impulsor. La migración será un tema clave en las elecciones europeas de junio. Tal como están las cosas, se espera que los políticos que se oponen a la migración obtengan resultados lo suficientemente buenos como para tener poder de bloqueo en el Parlamento Europeo.
“Era vital aprobar estas reformas antes de las elecciones, para que los principales partidos de la UE puedan decir que están haciendo algo activamente en materia de migración”, afirma Joelle Grogan, investigadora principal de UK in a Changing Europe.
Más allá de las elecciones europeas, la derecha está experimentando un resurgimiento. En varios países de la UE -sobre todo Italia, Hungría, Eslovaquia y Suecia- gobiernan políticos euroescépticos antiinmigrantes, ya sea directamente o en coalición. En otros países importantes como Francia y Alemania son voces importantes de la oposición.
Esta tendencia, según Grogan, ha llevado a la corriente política dominante europea a “dar cabida a estas voces mediante políticas de inmigración y seguridad nacional con la esperanza de atraer a sus votantes”.
¿Funcionarán estas reformas?
La UE celebrará con razón esta victoria tras años de negociaciones sobre una de las cuestiones políticas más espinosas del continente, pero las reformas no son tan amplias como algunos esperaban.
Aunque se está revisando el Reglamento de Dublín, la carga de procesar a los inmigrantes seguirá recayendo en su mayor parte en los países donde lleguen. Hay factores, como si poseen un título obtenido en los últimos seis años en otro estado miembro o tienen familia en otro lugar del bloque, que les permitirán presentar la solicitud en otro lugar. Pero como señala Alberto Neidhardt, analista principal del European Policy Centre: “Podemos suponer que esto solo afectará a un pequeño número de personas. Son únicamente cambios superficiales”.
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La otra pieza clave de estas reformas es algo llamado mecanismo de solidaridad, que obliga a los demás estados miembro a ayudar a los más afectados por la migración mediante la acogida de personas por sí mismos (las normas de la UE lo fijarán en un mínimo de 30.000 por estado miembro por año); ayuda financiera (fijada en US$ 600 millones al año); o asistencia con capacidad, que podría incluir el préstamo de personal.
Sin embargo, la UE afirma que los estados miembro “tendrán plena discreción en cuanto al tipo de solidaridad que aporten” y que ningún país de la UE estará “obligado a llevar a cabo reubicaciones”, aunque habrá circunstancias excepcionales.
Aquí, según Neidhardt, es donde la política podría volver a complicarse.
“Para empezar, la aplicación de todo esto llevará un par de años, así que no habrá cambios de la noche a la mañana”, dice.
“Y en última instancia serán los propios estados miembro los que decidan cómo se gestionan en la práctica estas nuevas medidas. No es imposible que se produzca un intercambio de opiniones sobre quién puede limitarse a dar dinero en efectivo y a quién le pedirán sus homólogos que se lleve a la gente”.
Y también es probable que esto se vea envuelto en otros asuntos de la UE. Hay muchos ejemplos recientes de estados miembro que se atrincheran en un asunto -la financiación de Ucrania o los paquetes de ayuda de covid- a cambio de ignorar que infringen las normas de la UE.
Las reformas contienen muchas otras medidas controvertidas, como el envío de dinero fuera del bloque para animar a otros países a frenar la inmigración a la UE y la posibilidad de deslocalizar la tramitación. Sin embargo, Bruselas aún no ha explicado exactamente cómo funcionará todo esto y se espera que publique un plan de aplicación en las próximas semanas.
¿Qué significa esto para la migración?
Grogan afirma que más importante que lo que estas reformas consigan realmente es “si dan a los sstados miembro y a sus votantes la percepción de que están controlando mejor la migración”.
El mecanismo de solidaridad también debería ayudar a fomentar la confianza entre los estados miembro, que históricamente ha sido escasa en materia de migración. Neidhardt dice que “un conjunto común de normas, aunque los países adopten enfoques diferentes, debería en teoría nivelar un poco el terreno de juego”.
La UE suele funcionar mejor cuando los estados miembro se llevan bien y la política es relativamente estable. Pocos en Bruselas lo admiten, pero eso es en gran parte lo que pretenden estas reformas. Y su relativo éxito o fracaso solo desempeñará un pequeño papel en lo unida que esté la UE en los próximos años, ya que aún se enfrenta a retos en múltiples frentes, desde Ucrania al cambio climático y, posiblemente el más importante de todos, quién acabe al frente de su aliado más importante, Estados Unidos, a principios del año que viene.